El síndrome de ovario poliquístico (SOP) es el trastorno endocrino más común entre las mujeres en edad reproductiva y la principal causa de infertilidad por anovulación. Sin embargo, este síndrome abarca la vida de las mujeres y las afecta desde la vida en el útero hasta la muerte, lo que genera varios riesgos para la salud que pueden afectar la calidad de vida y aumentar las tasas de morbilidad y mortalidad. La programación fetal puede representar el comienzo de la condición caracterizada por hiperandrogenismo y resistencia a la insulina que conduce a una serie de consecuencias médicas en la adolescencia, la edad adulta y la vejez. Los problemas menstruales y de fertilidad se convierten en complicaciones metabólicas a medida que avanza la edad. Un diagnóstico temprano y preciso es importante para un manejo adecuado del SOP, especialmente en los extremos extremos de la vida reproductiva. Sin embargo, muchos fenotipos diferentes se incluyen bajo la misma condición, siendo importante considerar estos fenotipos diferentes por separado, ya que pueden requerir diferentes tratamientos y tener diferentes consecuencias. De esta forma, el SOP presenta una gran complejidad metabólica y su diagnóstico necesita ser revisado una vez más y adaptado a los datos recientes obtenidos por las nuevas tecnologías. Según la literatura médica actual, la terapia de estilo de vida constituye el primer paso en el manejo, especialmente cuando se asocia un exceso de peso corporal. La farmacoterapia se utiliza con frecuencia para tratar las manifestaciones más predominantes en cada grupo de edad, como menstruaciones irregulares e hirsutismo en la adolescencia, problemas de fertilidad en la edad adulta y problemas metabólicos y riesgo de cáncer en la vejez.