Hoy en día, el número de mujeres que decide preservar su fertilidad ha crecido considerablemente. La causa principal de este aumento ha sido la tendencia cada vez más marcada a retrasar la maternidad, ya sea por el ritmo de vida o por la situación socio-económica en la que vivimos.
Otras razones por la que muchas mujeres deciden preservar su fertilidad es porque van a ser sometidas a un tratamiento oncológico o porque sufren enfermedades que afectan a la reserva ovárica, como es el caso de la endometriosis.
La vitrificación de óvulos es una técnica de reproducción asistida que consiste en la criopreservación ultrarrápida de óvulos a bajas temperaturas. Los óvulos se almacenan congelados dentro de tanques de nitrógeno líquido denominados bancos de óvulos durante un tiempo ilimitado sin perder sus características físicas y funcionales.
Por tanto, la principal ventaja de la vitrificación ovocitaria es que mantiene la calidad de los ovocitos durante todo el tiempo hasta que la mujer decida utilizarlos. Para poder vitrificar óvulos es necesario que la mujer se administre la medicación hormonal que provocará la maduración de varios óvulos a la vez, y así poder aspirarlos directamente del ovario mediante punción folicular.
Posteriormente, los óvulos obtenidos se congelan mediante el método de vitrificación y se almacenan en el banco de óvulos de forma indefinida. Cuando la mujer desee ser madre deberá recurrir a una fecundación in vitro (FIV) con sus óvulos congelados
Una alternativa a la vitrificación de óvulos que se ofrece a las parejas heterosexuales es congelar los óvulos fecundados, cuando ya han empezado a dividirse, es decir, la congelación de los embriones.
El proceso de congelación de embriones es similar al de vitrificación de óvulos. Los embriones se introducen en un medio con crioprotectores y se colocan en pajuelas de vitrificación. A continuación, las pajuelas se almacenan en un banco de embriones, donde permanecen congelados en nitrógeno líquido hasta ser utilizados.
La transposición ovárica, también conocida como ovariopexia, es un método de preservación de la fertilidad femenina que impide posibles lesiones en las gónadas en caso de padecer cáncer.
Esta técnica consiste en mover los ovarios a otra parte del cuerpo, con el objetivo de alejarlos del lugar donde se va a realizar la radioterapia. Una vez terminado el tratamiento oncológico, los ovarios se vuelven a colocar en su posición original.
La congelación del tejido ovárico es una técnica experimental, por lo que todavía no se lleva a cabo. Este método de preservación estaría recomendada en niñas prepúberes diagnosticadas de cáncer.
El procedimiento para congelar tejido ovárico consiste en realizar una biopsia para extraer pequeños trozos de la corteza de los ovarios de la mujer, lugar donde se produce el desarrollo de los óvulos en la edad adulta. Cabe destacar que la corteza de los ovarios de las niñas prepúberes contiene las células precursoras de óvulos.
El tejido inmaduro extraído se disecciona en finas láminas y se congelan en nitrógeno líquido. Posteriormente, una vez se haya confirmado que el cáncer ha desaparecido y se alcance la edad adulta, estas láminas se autotrasplantan en el ovario o en otra parte del cuerpo, como por ejemplo en el brazo.