El ser madre es una decisión bastante personal, pero el retraso en la edad a la que se decide ser madre es uno de los factores determinantes en el incremento de las tasas de esterilidad en el mundo.
A partir de los 30 años, la mujer empieza a perder fertilidad porque la calidad y la cantidad de los óvulos bajan. Sin embargo, una solución para las mujeres que deciden postergar la maternidad, incluso más allá de los 40, es preservar los óvulos a edades tempranas para utilizarlos en el futuro.
Las mujeres nacen con un promedio de 300 mil potenciales células ováricas, aunque en el fondo desciende a una velocidad mayor de los que en un principio se pensó. Por esta razón, para cuando cumplen los 30, al 95 por ciento de las mujeres les queda sólo el 12 por ciento de sus reservas de óvulos; y para los 40 años, tan sólo queda el 3 por ciento.
Asimismo, cuando recién entras en la década de los 30, las probabilidades de quedar embarazada son apenas un poco más bajas que hacia finales de la década de los 20 y el riesgo de aborto espontáneo o de un bebé con síndrome de Down es apenas un poco más alto, pero a los 35, esa disminución en la fertilidad comienza a acelerarse.
Fuente: elmundo.sv