En ese estudio se concluye; que mujeres que recurren a técnicas de reproducción asistida cuando ya rebasaron la frontera de los 40 años se ven defraudadas por el fracaso sistemático del procedimiento.
El referido trabajo llevado a cabo en la Universidad de Yale señala que por encima de los 42 años de edad las técnicas de fecundación in vitro fracasan en el 90% de los casos. Es para pensárselo dos veces antes de recurrir a esos procedimientos o antes de posponer la maternidad a edades tan avanzadas, sin olvidar, que las enfermedades congénitas que pueden afectar al feto elevan su prevalencia y el riesgo intra-parto al que se exponen las primíparas añosas desaconsejan diferir ese tipo de planificación familiar, hoy tan al uso.
Desde mi punto de vista, muy personal, pienso que toda mujer se siente atraída por ese maravilloso fenómeno de la maternidad desde edades tempranas. Otra cosa muy distinta es que, impulsadas por las actuales circunstancias laborales, personales, económicas y sociales, se vean obligadas a retrasar hasta límites peligrosos un acontecimiento natural propio de edades más jóvenes.
Publicado en Intereconomía