El déficit de yodo en la mujer embarazada

El déficit de yodo en la mujer embarazada
El déficit de yodo en la mujer embarazada

El yodo es un mineral que necesitamos para que la glándula tiroides pueda producir hormona tiroidea, esencial para la correcta regulación del metabolismo. Nuestro cuerpo no es capaz de producirlo por sí mismo, por tanto necesitamos incluirlo en nuestra dieta. El consumo de sal yodada así como alimentos ricos en este mineral son imprescindibles para asegurarnos un adecuado aporte.

Durante el embarazo las necesidades de yodo se multiplican. La gestación supone un fuerte impacto para la glándula tiroides. Se calcula que puede producir entre un 30-50% más de tiroxina que en condiciones normales. Incluso puede que la glándula aumente discretamente de tamaño, esto ocurre en un 10% de casos.

El primer trimestre de embarazo es muy importante ya que el embrión aún no tiene glándula tiroides propia. El yodo y en consecuencia la hormona tiroidea es imprescindible para el desarrollo del sistema nervioso central del feto.  La tiroides de la futura madre es la que realizará el esfuerzo para poder nutrir al embrión.

El sobreesfuerzo de la tiroides no suele ocasiones ningún problema a la mujer, salvo si existe un déficit previo. Si así fuera se podría desarrollar hipotiroidismo.

Puesto que una mujer gestante ha de consumir la cantidad de yodo que necesita para sí misma y también para el bebé que se está formando, la dosis recomendadas de yodo durante el embarazo y por añadidura la lactancia será de 200-250 microgramos, un 50% más que en mujeres no gestantes.

Su carencia puede suponer riesgos para el bebé, desde que pueda padecer hipotiroidismo, hasta retrasos en su desarrollo cognitivo. Una deficiencia severa puede tener consecuencias más drásticas como abortos espontáneos, nacimientos prematuros, bajo peso en el recién nacido o anomalías congénitas. Según los últimos estudios al respecto, el consumo de yodo durante el embarazo influye positivamente en el desarrollo mental del bebé.

El yodo ingerido no se acumula en el organismo, lo que no se utiliza se elimina por la orina. Esto significa que cada día debemos ingerir la cantidad recomendada.

Con unos cuidados sencillos podemos asegurar un buen funcionamiento de nuestra tiroides durante el embarazo. El cuerpo de la mujer está preparado para ello, pero teniendo en cuenta la importantísima labor que lleva a cabo, cuidar nuestra dieta y asegurarnos un aporte nutricional adecuado es fundamental para la salud de la mujer y del bebé que está por llegar.

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