Un paseo por Mercadona, parada técnica en Primark y a inseminarse. Todo es posible entre las cuatro paredes de Plenilunio, uno de tantos centros comerciales madrileños que han optado por diversificar el negocio para llegar a todos los públicos. Hace unas semanas, levantó el telón de ‘lo nunca visto’ dentro de este tipo de formatos: una clínica de fertilidad.
Y no será la última, a tenor de las últimas tendencias. Gimnasios, centros estéticos, manicura y pedicura, depilación, servicios financieros, mini ‘parques de atracciones’ para los más pequeños o incluso túneles de viento para ‘paracaidistas’ por el ‘módico’ precio de132 euros por seis minutos de vuelo. Eso sin contar con los nuevos espacios ‘gourmet’ que, poco a poco, roban protagonismo a los establecimientos de comida rápida. “Vamos hacia eso. La industria está viviendo una transformación hacia el ocio y la gastronomía en España”, a imagen y semejanza de otros países como Reino Unido. “En Londres ya existen restaurantes con estrella Michelin dentro de algunos centros comerciales”, explican fuentes del sector.
Dicho ‘lavado de cara’ incluye especialización, oferta de experiencias —en lugar de bienes— y prestación de nuevos servicios —como las clínicas de fertilidad— para seducir al cliente desencantado. “La gente ya no quiere ir a los centros comerciales. Su declive en Estados Unidos es un claro reflejo de lo que pasará en España”, opina el presidente de la Organización Empresarial del Comercio Textil y Complementos (Acotex), Eduardo Zamácola. Y vislumbra caídas en ventas de entre un 30% y un 50% en los próximos años en ese país.
No obstante, parece difícil que los centros comerciales españoles adquieran el decadente aspecto de los estadounidenses a medio plazo. “No son comparables. Allí predominan los inmensos ‘malls’ muy alejados de las ciudades, mientras que aquí suelen estar rodeados de barrios o polígonos industriales. Muchos de ellos están en pleno centro”, señalan desde el sector. Además, España registró un ligero aumento de centros comerciales el año pasado (550, según la Asociación Española de Centros Comerciales, un 0,2% más) frente a los miles de cierres en EEUU.
No opina lo mismo Marcos Álvarez, especialista en el sector ‘retail’. “Si Estados Unidos pilla una gripe, aquí nos llega una pulmonía. Es para hacérselo mirar” y no perder de vista este fenómeno. Sobre todo tras la ‘espantada’ de grandes cadenas que han cerrado cientos de tiendas en centros comerciales de ese país, como JCPenney, Abercrombie o Michael Kors.
“Los cambios en los hábitos de consumo, el mayor gasto en ocio en detrimento del sector textil y los efectos de la venta ‘online» —que ya representa un 7% de la facturación total— están influyendo en ese declive en España, al menos en moda. «El modelo de los centros comerciales se está quedando obsoleto”, añade Álvarez. Esto no ha frenado seis nuevas aperturas en 2016 y otras tantas programadas para 2017 y 2018, entre las que destacan el ‘outlet’ Sambil (ya abierto en Leganés, reemplazando al extinto Avenida M-40) o Finestrella en Esplugas de Llobregat (Barcelona).
Fuente: elconfidencial.com