Calidad de espermatozoides disminuye a nivel mundial

Con más de siete mil millones de personas en el planeta, no parece probable que los hombres tengan problemas de fertilidad. Algunos investigadores, sin embargo, encuentran motivos para preocuparse: afirman que la calidad de los espermatozoides está declinando.

Uno de los científicos que lleva tres décadas alertando sobre esta situación es el endocrinólogo danés Niels Skakkebaek, del Hospital Universitario de Copenhague. Skakkebaek recibe mucha atención desde que en 1992 dio a conocer en el British Journal of Medicine un estudio en el que analizó con su equipo docenas de trabajos sobre la calidad del semen.

De acuerdo con sus resultados, las cuentas espermáticas globales (el número de espermatozoides de una eyaculación) se habían reducido un 50% en cinco décadas.

Los científicos daneses lo atribuyeron a la sopa de sustancias químicas con la que convivimos diariamente, y sobre todo a ciertos compuestos, llamados orgánicos, que pueden actuar como hormonas e interferir con la producción de estas células masculinas. Evidencias anecdóticas de bancos de semen parecieron apuntar en la misma dirección.

El estudio danés fue enormemente influyente pero también muy criticado; entre otras cosas, por la cantidad de tiempo que los hombres se abstuvieron de eyacular antes de que su semen se recolectara, lo que puede haber afectado los resultados de su espermograma. Sin embargo, el año pasado el equipo publicó otro trabajo en Epidemiology, esta vez dirigido por Niels Jorgensen, en el que no encontraron una clara declinación en la calidad.

ECUACIÓN DELICADA

Para Sergio Papier, director médico del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción, la comparación de grupos históricos es complicada. «¿Qué se valora? ¿Sólo número de espermatozoides, movilidad, fragmentación del ADN…? Es difícil que los trabajos tengan suficiente solidez», afirma.

«En el consultorio uno ve mayor prevalencia de parejas infértiles con espermogramas alterados, y eso se puede deber al estilo de vida, el estrés, el tabaquismo, la obesidad…»

Papier subraya, sin embargo, que aunque hay cierta declinación espermática, esto no siempre se refleja en la posibilidad de llegar a la paternidad. «La fertilidad siempre es de a dos», subraya. Sergio Pasqualini, presidente del instituto médico Halitus agrega: «Hay parejas en las que el espermograma del hombre está bajo, pero la mujer es superfértil».

Stella Lancuba, directora del Centro de Investigaciones en Medicina Reproductiva, coincide en que se ve un aumento de problemas masculinos en las parejas. Pero, aclara, «tal vez esto se debe a que contamos con mejores métodos de detección».

«En nuestro centro hasta cuatro de cada diez parejas tienen patología espermática. No tengo duda de que lo ambiental incide y también el uso de fármacos, como los antidepresivos y antihipertensivos. El espermatozoide es una célula sensible a las drogas.»

Para Fernando Neuspiller, director del Instituto Valenciano de Infertilidad, la señal de que disminuye la calidad del semen es que en 2010 la Organización Mundial de la Salud modificó las guías para interpretar el espermograma considerado normal.

«Se pasó de 20 millones de espermatozoides por mililitro a 15 millones, los niveles de espermatozoides móviles pasaron de 50% a 39% y la concentración de espermatozoides normales pasó del 14% al 4%», detalla el especialista. «Esto es llamativo. Las concentraciones son cada vez más chicas.»

Pero, aclara Neuspiller, esto de todas maneras no incidiría en la probabilidad de gestación. «Es la misma si tenemos 20 millones por mililitro o 15 millones», dice.

Entre las medidas para preservar la calidad del semen figuran llevar una vida saludable, disminuir el estrés, comer pocas grasas, evitar el tabaquismo y otras drogas, también evitar el manejo sin protección de agroquímicos y solventes orgánicos, y la inhalación de plomo.

RELOJ BIOLÓGICO

Diferentes estudios indican que la fertilidad masculina comienza a declinar después de la cuarta década de vida.

La Sociedad Norteamericana de Medicina Reproductiva encontró que las chances de lograr un embarazo con fertilización in vitro (y óvulos donados por mujeres jóvenes) caía del 60% cuando los espermatozoides correspondían a hombres de 41 años a 35% cuando eran de padres de 45. Otro estudio encontró que las posibilidades de llegar a la paternidad bajaban del 32,1% a los 30 años al 20% más allá de los 50.

Narendra Singh, de la Universidad de Washington, estudia la fragmentación del ADN y la apoptosis (muerte celular programada) en espermatozoides y su relación con el envejecimiento. Al comparar esperma de hombres de diferentes edades, encontró más daño genético en los mayores de 35.

Para mantener los niveles espermáticos las células deben continuar dividiéndose, explica. Esto significa que a los 50 se habrán dividido más de 800 veces y cada una es una oportunidad de que algo falle.

Estos desajustes multiplicados a lo largo de los años explicarían por qué la literatura médica registra más casos de síndrome de Down, enfermedades mentales, y otros déficits en hijos de padres añosos.

«Uno ve mayor prevalencia de parejas infértiles con espermogramas alterados; se debe al estilo de vida y el estrés».

Sergio Papier (Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción)

Acciones que ayudan a cuidar la calidad

Llevar una vida saludable, disminuir el estrés, comer pocas grasas, evitar el tabaquismo y otras drogas.

Agroquímicos y metales no son aconsejables

Aconsejan evitar el manejo sin protección de agroquímicos y solventes orgánicos, y la inhalación de plomo.

OMS redujo el estándar visto como normal

El espermograma normal era de 20 millones de espermatozoides por mililitro, la OMS lo redujo a 15 millones.

 

Fuente: El Pais (Uruguay)

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