Según Afarian, el servicio existente se utiliza para predecir datos como el color probable de los ojos, la capacidad de metabolismo del alcohol, la composición de cera en los oídos, la percepción del sabor amargo, la tolerancia a la lactosa y la composición del músculo de contracción rápida de los hijos de los clientes.
Sin embargo, en ciertos casos, este tipo de selección de los rasgos está en teoría disponible para la personas que utilizan el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), una técnica de reproducción asistida en la que los médicos escanean el genoma de un embrión antes de ser implantado en una mujer. Básicamente, el DGP utiliza la tecnología para la prevención de enfermedades genéticas graves y en un pequeño pero creciente número de casos, para escoger el sexo del bebé.
Actualmente la mayoría de las clínicas que practican el DGP no ofrecen a los clientes una lista de posibles rasgos que no sean médicamente relevantes para elegir, ya que es ilegal en algunos países como Canadá, el Reino Unido y Australia. En EE.UU. en 2009 el especialista en fertilidad Jeffrey Steinberg presentó un plan para ofrecer a los futuros padres la posibilidad de escoger el color del pelo y los ojos de su bebé, pero recibió una tormenta de críticas y una considerable condena pública.
La elección de rasgos no médicos de los futuros hijos sigue provocando una amplia polémica en la sociedad mundial y mientras unos se oponen a esta tecnología genética, otros creen que ‘diseñar’ los bebés mediante la selección de rasgos no es más siniestro que enviarlos a buenas escuelas o médicos.