1.Llevar una dieta sana y equilibrada. Mantener unos buenos hábitos alimenticios favorecen la fertilidad. Es recomendable no consumir alimentos elaborados con harinas refinadas porque inciden en la ovulación; y, por el contrario, optar por comida con alto contenido en antioxidantes (frutas y verduras), hierro y ácido fólico (cereales) y ácidos grasos omega-3 (pescado azul). Otro producto que es recomendable reducir es el café, ya que varios estudios indican que más de tres tazas al día afectan a la fertilidad.
2. Controlar el peso. No estar dentro del peso dificulta la posibilidad de embarazo, tanto la obesidad, como la extrema delgadez. Son dos factores muy importantes porque pueden incidir en el aumento del índice de malformaciones, partos prematuros o posibles enfermedades de la madre. En el caso de la obesidad, puede producir fallos en la ovulación y un mayor riesgo de diabetes gestacional e hipertensión. Respecto al bajo peso, puede reducir la producción de la hormona GnRH y alterar la ovulación, así como afectar a la disponibilidad del revestimiento uterino para permitir que el embrión pueda implantarse en él.
3. Evitar el tabaco. Fumar provoca que tanto el útero como los ovarios no se irriguen de manera adecuada, lo que disminuye la fertilidad y, por tanto, las posibilidades de embarazo. Además, si se fuma mucho, hay más probabilidades de sufrir abortos, gestaciones extrauterinas y otras complicaciones.
4. Ojo con el alcohol. En caso de consumir alcohol, es recomendable cesarlo por completo porque disminuyen la fertilidad e incrementa el riesgo de aborto y otros posibles problemas en el feto.
5. Cuidar la salud reproductiva. Es importante realizar revisiones ginecológicas anuales y acudir al médico ante cualquier afección o molestia. A partir de los 30 años, también se puede analizar la reserva ovárica a través de dos sencillas pruebas: el recuento de folículos antrales a través de una ecografía y hacer un análisis de sangre para comprobar el nivel de hormona Anti-Mulleriana. La edad es un factor clave en la salud reproductiva de la mujer.
6. Relajarse y dejar a un lado el estrés. El estrés reduce la probabilidad de que una mujer pueda quedarse embarazada e influye también en la calidad espermática del hombre. Hay que evitar situaciones de estrés con actividades relajantes para reducir el riesgo de infertilidad.
7. Practicar deporte con moderación. La actividad física moderada y de manera regular es beneficiosa para la salud general y también para la salud reproductiva.
8. Controlar la toma de medicamentos. Existen fármacos que pueden afectar a la fertilidad y otros que pueden interferir en los tratamientos de reproducción asistida. Ante cualquiera de ellos, se deberá consultar previamente con el asesoramiento médico.
9. Si el embarazo no llega…, acudir a un especialista. Si se lleva un año intentando ser padres sin conseguirlo o seis meses si se es mayor de 35 años, es recomendable acudir al especialista para valorar si hay algún problema.
10. «Ellos» también deben cuidarse. Un tercio de las dificultades que se presentan a la hora de lograr el embarazo tienen que ver con causas relacionadas con el hombre. Los expertos recomiendan, al igual que el caso de la mujer, evitar el tabaco, el estrés y reducir el consumo de alcohol; además de evitar ropa interior ajustada puesto que puede debilitar la calidad del esperma.