Después de unos 70 días de desarrollo, los espermatozoides están listos en los testículos para iniciar su carrera hacia la meta: el óvulo. Con el pistoletazo de salida, puede haber entre 3 y 200 millones de estas células en apenas unos cuantos mililitros de semen. Como tienen que nadar rápido y lejos, llevan la mínima carga imprescindible, al igual que los coches de carreras.
Pueden estar hasta tres días nadando, y suelen tardar al menos 24 horas en llegar al tercio superior de las trompas de Falopio, el lugar donde debe ocurrir su encuentro con el óvulo. Como se puede imaginar, el proceso no es nada sencillo. Por eso, el empeoramiento de la calidad del semen producido en los últimos 50 años y detectado por algunos estudios podría dificultar aún más las cosas y tener un efecto drástico sobre la fertilidad de los hombres.
Hay muchos factores que pueden afectar a la calidad del semen en mayor o menor medida: por ejemplo, algunos hábitos de vida, el estrés laboral, el consumo de productos tóxicos como el alcohol o el tabaco, llevar ropa ajustada y consumir ciertos medicamentos.
Aún hay demasiadas leyendas urbanas y pocas evidencias científicas. Pero básicamente lo que habría que recomendar a los varones es que cuidaran sus hábitos en general». De hecho, en enero de este año un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford publicó un estudio que establecía una relación entre el nivel de salud de los hombres y la calidad de su semen.
En opinión de este biólogo, está especialmente constatado que el consumo de alcohol y tabaco y los trayectos largos en coche tienen un impacto negativo sobre la calidad del semen. Esto podría estar detrás del hecho de que casi la mitad de las parejas que acuden a su clínica de fertilidad lo hagan a causa del factor masculino, es decir, porque la infertilidad aparece en el hombre.
Sea como sea, es importante resaltar que es especialmente complicado analizar la calidad del semen humano y establecer un vínculo entre ella y otros factores. Esto ocurre básicamente porque es muy difícil aislar unos efectos de otros: por ejemplo, puede ocurrir que un estudio analice la relación entre la calidad del semen y las horas que pasan los hombres frente a la televisión, como indicador del nivel de actividad física, pero quizás no está analizando el factor que realmente influye, que puede ser el estado de salud general. Y, aunque se consiguiera «encerrar» a 1.000 hombres en habitaciones durante varios años, o quizás durante toda la vida, para analizar el efecto de los hábitos por separado (cosa que no se puede hacer por motivos éticos), aún habría que contar con la influencia de la genética, del azar y de las demás características personales.
Con todo, en muchos casos se encuentran correlaciones entre calidad de semen y ciertos factores, (es decir, que el factor estudiado y la calidad aumentan o disminuyen de forma similar), pero eso nunca prueba que haya una relación de causa-efecto entre ambas.
A pesar de todo esto, hay multitud de estudios que analizan la 20 del semen y que buscan factores que puedan influir sobre ella.
Fuente: www.abc.es