Los plaguicidas, un riesgo para la salud reproductiva de los varones

El estudio está basado en el hecho de que la región tuvo su detonante económico y de crecimiento en la agricultura, con una alta exposición a estos agentes químicos.

TorreónTorreón.-Hace aproximadamente diez años, Rogelio Recio, Subdirector del Centro de Investigación Biomédica de la Facultad de Medicina de la UA de C de Torreón, realizó un estudio en el que hizo la correlación entre plaguicidas y sus efectos en la reproducción del varón.
Este fue uno de los estudios pioneros, pues no se habían hecho con anterioridad estudios de esta índole. El estudio está basado en el hecho de que la región tuvo su detonante económico y de crecimiento en la agricultura, con una alta exposición de plaguicidas organofosforados y organoclorados como el DDT.
“Se aplicaron toneladas de plaguicidas organoclorados, entre ellos el DDT, que es un compuesto que ya fue eliminado del arsenal de plaguicidas en México y muchísimos países debido a los efectos que tienen en la salud”. Después aparecieron los organofosforados, que también eliminan las plagas y tienen efectos en la salud.
En el estudio se evaluaron a trabajadores agrícolas expuestos a los organofosforados y se valoraron los efectos en la salud reproductiva en ellos, evaluando la determinación de hormonas y la calidad espermática, que puede generar alteraciones en el porcentaje de hombres infértiles.
Pero también disminuye la concentración espermática, la cantidad de semen eyaculado y la motilidad de los espermas, que también incide en los porcentajes de fertilidad, por lo que estos trabajadores tienen menor posibilidad de procrear un hijo. A mayor exposición, mayor efecto en la calidad espermática.
Además, los trabajadores mayormente expuestos, corren el riesgo de perder un cromosoma que está presente en los espermas. También se aumenta el número de abortos espontáneos, nacimientos de niños muertos, o de bebés con malformaciones congénitas.
Como afectan al hombre, los plaguicidas también afectan a la mujer, alterando sus hormonas de la reproducción. “Nosotros no hemos realizado ningún estudio, pero lo que reporta la literatura científica médica, es que la mujer comienza a tener retrasos en su período menstrual, problemas para lograr el embarazo en períodos de aplicación, riesgo de abortos espontáneos, partos prematuros o hijos con problemas congénitos”.
El no descenso de los testículos en los hijos varones, es uno de los problemas congénitos que con mayor frecuencia se ha encontrado. También el defecto del cierre del tubo neural o espina bífida, son los que se han detectado por esta exposición a los plaguicidas.
Los organofosforados no inciden en el cáncer de mama, pero con los organoclorados sí se ha detectado un vínculo con este tipo de cáncer. “Tienen actividad estrogénica que propician el desarrollo de células a nivel de glándula mamaria”. Existen estudios en el país que corroboran esto.
El experto manifestó que es sumamente importante que las instituciones reguladoras de los plaguicidas tengan un mejor control de los mismos, ya que el uso es indiscriminado y las cantidades que se aplican son muy grandes.
“De acuerdo con las normas internacionales, la aplicación de un plaguicida debe preceder al menos dos semanas después de la recolección de la cosecha. En ocasiones veíamos que aplicaban esto días antes de la cosecha y posteriormente la venta al público. Estamos expuestos a estos plaguicidas a través de las frutas y verduras que se producen en la región y otras regiones del país”.
Lo más grave, es que los aplicadores desconocen los efectos que tienen estos agroquímicos y que deben utilizar equipo de protección, exponiéndose de manera muy severa.
Los niños, por tener un metabolismo y actividades muy diferentes a los de los hombres, que puedan estar expuestos a plaguicidas o sus residuos, que pueden estar en todos lados, pudieran tener un mayor efecto al exponerse a los plaguicidas, aunque tampoco se ha realizado algún estudio al respecto.
Conocer que cantidades están en la vía áerea o digestiva, sería positivo que las autoridades a los tres niveles, hicieran monitoreo para conocer que concentraciones hay en la región y ver si éstas son tóxicas para las personas.
No atender la situación, pudiera provocar a la larga que los niveles de infertilidad en la población, que actualmente ronda el 15%, pudieran incrementarse, así como el de abortos y síndromes genéticos en niños recién nacidos.
Se siguen utilizando los fertilizantes

En un pequeño negocio de semillas y fertilizantes ubicado en Francisco I. Madero, David, encargado del local, informó que tiene en venta agroquímicos como fertilizantes, plaguicidas y fungicidas.
Sus costos van de los 150 pesos y hasta casi los tres mil, dependiendo del producto y de los componentes. Se manejan en envases de un litro, y pueden alcanzar a cubrir hasta tres hectáreas. Los rótulos los marcan desde “ligeramente tóxico”, hasta “precaución”. También hay productos como los adherentes, que al mezclarse con los agroquímicos y como su nombre lo indica, permiten que la adherencia del producto a la planta sea mejor, y de esta forma, consumir menos. También permiten que el pH o potencial de hidrógeno del agua, que marca su acidez, se baje. Entre los más caros, tiene los que son menos agresivos con el medio ambiente, con un perfil un poco más orgánico.
Estos productos tienen que ser usados con precaución. Pero como el mismo David destaca, en el campo, la gente tiene poca cultura de protección. Incluso hay que hacer uso especial de los frascos que contienen los productos para las plantas.
David informa que lo ideal es llevar los frascos vacíos a donde se compraron, para que se entreguen al proveedor y se reciclen. Pero por ejemplo los garrafones que contienen estos tóxicos, llegan a ser usados para transportar agua potable a la labor, sin que los campesinos sepan el problema de salud que esto les puede llegar a representar.
Los frascos de plástico de un litro, se suelen tirar a los canales de riego. Las moléculas microscópicas se pueden integrar al agua de los canales, y terminar en los cultivos o bebida por animales que posteriormente pudieran ser sacrificados para consumo humano. Cabe destacar que ninguno de sus clientes utiliza algún tipo de equipo de protección especial para aplicar los químicos.

A viva voz

«Según la norma internacional la aplicación de un plaguicida debe preceder al menos dos semanas después de la recolección de la cosecha”

Rogelio Recio

Centro de Investigación Biomédica

Laguna • 27 Octubre 2012 — Cecilia Rojas

Publicado en Milenio

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