No hay evidencia científica que demuestre que el estrés, la ansiedad o la depresión guarden relación directa con la infertilidad. Con esta afirmación comenzó su ponencia el doctor Isidoro Bruna, del Hospital Montepríncipe de Madrid, quien insistió que el estado emocional no influye directamente sobre los resultados del ciclo de fecundación. «Sólo de forma muy esporádica el distress emocional es la única causa de la disfunción reproductiva», admitió, si bien «persiste una leyenda urbana que considera que concurre una relación causal entre el estrés y la infertilidad.
Durante su conferencia Impacto psicológico y técnicas de reproducción asistida, Bruna reconoció que, dentro de la pareja que se somete a un tratamiento de fertilidad, las mujeres muestran un grado de vulnerabilidad superior al de los hombres, ya que viven el problema de la infertilidad de forma más intensa, a lo que se suma ser las protagonistas de los tratamientos. Negación, frustración, pérdida de la autoestima o miedo ante el fracaso de un proyecto vital, son las reacciones más observadas. Al respecto, concluyó que el estado emocional sí tiene una realización directa con el abandono precoz de los tratamientos de fertilidad, ya que las parejas menos dispuestas a seguir no cumplimentan el número óptimo de ciclos que asegura el éxito.
Fuente: La Opinión de Málaga