Fecundidad en Cuba: urgencias y desafíos

Varios son los factores que inciden en la disminución de la tasa de fecundidad en el mundo. En Cuba sobresale la infertilidad, relacionada al uso del aborto como método anticonceptivo.

Lisandra Fariñas Acosta

No es fortuito el proceso de envejecimiento poblacional que vive Cuba, el cual además de demostrar el desarrollo social alcanzado, tiene como otras de sus condicionantes la baja natalidad que caracteriza el escenario social, así como el bajo número de hijos promedio por mujer, de los cuales es inferior el promedio de hijas hembras, aspecto clave para el llamado reemplazo poblacional.

Precisamente sobre la fecundidad en Cuba, una de las causas fundamentales que propician el decreciente número de nacimientos, Granma dialogó con el doctor y profesor Jorge Peláez, miembro del Grupo Nacional de Obstetricia y Ginecología.

«El país vive hoy una crisis de fecundidad, variable esta que ha ido en detrimento desde finales de los años setenta. Hace más de treinta años que nos encontramos por debajo del índice de reemplazo, con la consecuente incidencia en el envejecimiento poblacional».

Numerosos especialistas e investigadores coinciden en que la decisión de tener o no hijos, va más allá del factor económico y se vincula a los patrones culturales predominantes en la sociedad. La mayoría de las mujeres cubanas prefiere tener uno o dos hijos; y en esta decisión inciden las aspiraciones profesionales así como el ejercicio de sus derechos reproductivos.

El doctor Peláez señaló que cada vez más, la mujer cubana posterga la edad del primer parto. De ahí que los profesionales de la salud deban estar suficientemente preparados para trabajar con una población embarazada de alto riesgo: mujeres de más de 35 años de edad; aunque también hay que tener en cuenta el embarazo en las adolescentes.

 

Infertilidad, la otra cara del asunto

Es justamente el embarazo en edades tempranas una de las problemáticas vinculadas a la fecundidad en nuestro país, por su relación con el índice de infertilidad, que al decir del entrevistado: «hoy es muy alto».

 El doctor Jorge Peláez, señala que cada vez más la mujer cubana posterga la edad del primer parto.

Como causa fundamental el doctor Peláez identificó al aborto, convertido en un problema de salud ya que «se está utilizando por los jóvenes como método anticonceptivo, regulatorio de la fecundidad. Te encuentras pacientes que han tenido tres y hasta seis interrupciones».

Según datos publicados por la última Encuesta Nacional de Fecundidad (ENF), realizada en el año 2009, «dicho comportamiento por parte de la población pudiera sustentarse en su confianza en el sistema de salud cubano, en el ejercicio del derecho de accesibilidad al servicio y la seguridad, más que en su conocimiento de los riesgos que implican cualesquiera de estos procederes para la salud de las mujeres».

Sobre la prevalencia de abortos y regulaciones menstruales en la población cubana de 15 a 54 años, la encuesta señala que las proporciones obtenidas son «significativas y constatan que esta es una práctica relevante en la historia reproductiva de una parte importante de las actuales generaciones.

«El 21 % de las mujeres cubanas de 15 a 54 años refirió haber experimentado, al menos, un embarazo que terminó en un aborto provocado o en una regulación menstrual. El número medio de abortos o regulaciones menstruales por personas que han experimentado estos eventos está en el orden de 1,6. Por regiones aparece la zona occidental como de menor prevalencia de los mismos, exceptuando a La Habana, que es la de mayor incidencia».

El doctor Jorge Peláez, también vicepresidente de la Sociedad Cubana de Obstetricia y Ginecología, refirió que hay dos grandes causas de infertilidad en la mujer: la tubaria (producida por enfermedades inflamatorias pélvicas o endometriosis) y la anovulatoria (cuando la liberación mensual normal de un óvulo de los ovarios está afectada). «Cuan—do estudiamos la primera de estas, es raro no encontrar antecedentes de un aborto, e incluso de infecciones de transmisión sexual (ITS).

«Es una cadena donde el mayor de los problemas, repito, es el aborto. Si se va a la raíz, pueden identificarse las conductas y el inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales, la promiscuidad, el poco y mal uso de los métodos anticonceptivos. Ello trae un embarazo, que a su vez trae un aborto y a la larga infertilidad, además de otros problemas como el embarazo ectópico (otra causa de infertilidad en la mujer) y las ITS. Estas últimas causan el cáncer cérvico uterino, cuya aparición es cada vez más frecuente en edades tempranas», explicó el especialista.

El profesor Peláez enfatizó en la necesidad de que se comprenda qué es el aborto, proceder utilizado para interrumpir una gestación no deseada cuando ha fallado un método anticonceptivo o cuando hay razones biológicas, «pero no constituye un método de anticoncepción. Métodos hay, ahora más que nunca».

Según datos publicados por ENF, las determinantes que más inciden en Cuba sobre el nivel de la fecundidad son el conocimiento y uso de la anticoncepción y del aborto.

Al respecto el profesor Peláez señaló que «alrededor del 85 % de los jóvenes conoce que existen métodos anticonceptivos, de ellos un 60 % refiere haberlo usado, pero cuando se va a la calidad del uso, la gran mayoría lo ha hecho esporádicamente».

La Encuesta de Fecundidad plantea que el uso de anticonceptivos se inicia a una edad promedio de 18 años para hombres y mujeres, aunque todavía el uso de algún método, como por ejemplo el condón, no siempre forma parte del contexto de la primera relación sexual de los jóvenes cubanos. De hecho muchas veces el uso se realiza con posterioridad a un primer embarazo no deseado. Este comportamiento abarca el 30 % de la población de hombres y mujeres de 15 a 54 años.

Según informó el profesor Peláez, históricamente el método anticonceptivo más usado en la población cubana es el DIU (dispositivo intrauterino). «Este anticonceptivo no obstruye las trompas, pero usado en una población de riesgo, como las adolescentes, incrementa la posibilidad de enfermedades inflamatorias pélvicas y lesiones en las trompas.

«Es habitual en los adolescentes la mala selección de los anticonceptivos. Hay que educar a los padres en este tema. El DIU no es lo más recomendable porque a esta edad el útero es inmaduro todavía, y hay trastornos menstruales. No existe un método ideal, pero el más recomendado en este grupo etario es el hormonal inyectable mensual, que además tiene ganancias secundarias como el control del ciclo menstrual.

«Existen muchos mitos respecto a este tipo de anticonceptivos, que precisamente se han desarrollado para eliminar un grupo de efectos secundarios que provocaban, por ejemplo, los anticonceptivos orales de los años setenta, pero que no se parecen en nada a los actuales», explicó el doctor Peláez.

Cuba cuenta con una cobertura anticonceptiva de las más altas del mundo, y ofrece la posibilidad de adquirir los anticonceptivos a precios módicos. Nuestro sistema de salud pública ha priorizado, además, el desarrollo de servicios de alta tecnología para la atención a la pareja infértil, con la creación de centros asistenciales en todo el país.

Los programas y planes de estudios contemplan la educación sexual como pilar básico para el desarrollo humano. Sin embargo, en este aspecto la familia cubana tiene un papel imprescindible que desempeñar: la orientación y apoyo a los y las adolescentes en el inicio de su vida sexual y reproductiva.

Fuente: Granma

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