Los médicos podrían haber encontrado una manera de ayudar a las jóvenes con cáncer de mama a evitar la infertilidad causada por la quimioterapia.
Al parecer sólo basta con una inyección de medicamentos en los ovarios para aumentar las posibilidades de que esa parte del cuerpo siga sana después de que termine su tratamiento e incluso podría aumentar sus posibilidades de supervivencia, según un estudio.
“Son resultados realmente emocionantes» que podrían ayudar a miles de mujeres cada año, dijo la encargada de la investigación, la doctora Halle Moore de la Clínica de Cleveland.
«Esto tiene implicaciones que van mucho más allá del cáncer de mama» para las jóvenes con otros tipos de tumores, agregó el doctor Clifford Hudis, encargado de Cáncer de Mama en el Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering en la ciudad de Nueva York.
Hudis es presidente de la sociedad estadunidense de Oncología Clínica, que incluyó el estudio en su conferencia anual en Chicago el viernes.
La quimioterapia suele causar insuficiencia prematura en los ovarios, o una menopausia adelantada. Los médicos consideran que los ovarios activos son más susceptibles al daño de la quimioterapia, y hacer que queden inactivos y detener los ciclos menstruales de las mujeres podrían ayudar a protegerlos de los daños.
«Se trata básicamente de una menopausia temporal para evitar una menopausia permanente», explicó Moore.
El estudio involucró a 257 mujeres de todo el mundo menores de 50 años con cáncer de mama cuyo crecimiento no se ve impulsado por estrógenos. Todas tuvieron una quimioterapia normal y la mitad recibió inyecciones mensuales de goserelin, una medicina para reducir los estrógenos y poner los ovarios en una pausa temporal. Sus principales efectos colaterales son los síntomas de la menopausia: olas de calor y resequedad vaginal.
Los médicos dieron seguimiento a las mujeres para ver la forma en que los tratamientos afectaban la fertilidad.
Tras dos años, se consiguieron los resultados completos de 135 participantes. Sólo 8 por ciento de aquellas que recibieron inyecciones sufrieron una menopausia frente a 22 por ciento de las otras mujeres que no los tuvieron. Hubo 22 embarazos en el grupo que recibió el tratamiento mientras que sólo hubo 12 entre las que no se sometieron a él.
El resultado es alentador, pero no se pueden hacer comparaciones directas porque es posible que no todas las mujeres estuvieran tratando de concebir, y otros factores como la fertilidad de sus parejas podrían influir en esto.
Aun así, «la diferencia fue lo suficientemente amplia para que, a pesar de todas las limitaciones en el estudio, pudiéramos notar un efecto de una manera bastante convincente», dijo Moore.
Los beneficios de este tratamiento van más allá de preservar la fertilidad, dijo la doctora Kathy Albain, una especialista en cáncer de mamá en la Universidad Loyola de Chicago y una de las directoras del estudio.
A algunas mujeres no les importa tener hijos» después del cáncer de mama, pero les gustaría evitar «ser arrastradas a una menopausia prematura» debido a su quimioterapia, dijo.
Sorprendentemente los médicos también notaron una mayor supervivencia entre las mujeres que recibieron goserelin. Cerca de cuatro años después del tratamiento, 92 por ciento de ellas estaban vivas frente a 82 por ciento de las que no.
El resultado es alentador, pero el estudio es demasiado pequeño para determinar si la supresión de la actividad de los ovarios realmente tiene un efecto en las posibilidades de supervivencia.
Los Institutos Nacionales de Salud financiaron el estudio. En un principio los investigadores querían revisar el caso de 400 mujeres, pero tuvieron que reducir la cantidad por recortes en el presupuesto.
El tratamiento con goserelin funcionó para Christy Wolford, una participante en la investigación que fue atendida en Houston antes de mudarse a Fort Collins, Colorado, hace unos años. Tenía sólo 28 años cuando le detectaron cáncer de mama y quería tener más hijos aparte de su hija de 5 meses. La actividad de sus ovarios fue suprimida durante el tratamiento contra el cáncer y ha tenido tres hijos desde que éste concluyó en 2006.
«Soy el ejemplo» de que lo planteado en el estudio sí funciona, dijo.