DR. MIGUEL ÁNGEL VINCENTI BOSCO CENTRO REPRODUCCIÓN ASISTIDA QUIRÓN DEXEUS MURCIA |
España vuelve a estar en el furgón de cola de la natalidad en los países europeos, según el Instituto de Política Familiar. La media de edad para ser madre en España es de 31,5 años, y el índice de fecundidad es de 1,32 hijos, alejado de la media europea, que es de 1,57 y mucho más lejos del nivel de reemplazo generacional que se sitúa en 2,1.
En España es necesario que nazcan 280.000 niños más que los que nacen en la actualidad para lograr un equilibrio de reemplazo generacional. Desde la incorporación de la mujer a la vida laboral y profesional, la tendencia a la postergación de la maternidad es un hecho comprobable, sobre todo por el dato creciente de parejas con mujeres de más de 35 años que buscan ayuda en centros de reproducción asistida.
En este artículo creo necesario aclarar dos conceptos: el natural envejecimiento del ovario y el rol de la mujer en nuestra sociedad. Los conocimientos actuales de la fisiología femenina demuestran que el número de folículos (óvulos) es de 6-7 millones en las 18-20 semanas de vida intrauterina, y a partir de entonces se va produciendo una constante disminución hasta la menopausia. Ya a partir de los 30 años queda solo un 12% aproximadamente de los folículos iniciales, y a los 40 años, solo el 3%. El proceso de envejecimiento natural puede variar de una mujer a otra. Diversos factores influyen en la mayor o menor duración de la vida fértil, como el estilo de vida, factores genéticos, medioambientales… Existe el convencimiento en la mayoría de las mujeres que el periodo fértil termina con el final de las menstruaciones, pero el descenso gradual del número de ovocitos y la calidad de los mismos a partir de los 35 años es un hecho comprobable a través de pruebas hormonales y ecografías de los ovarios. El envejecimiento se basa en los cambios de la función ovárica relacionadas con la edad, es decir, la disminución del número de folículos y de la calidad de los ovocitos.
Una alternativa que hoy puede utilizarse para preservar la fertilidad antes del declive natural de la función del ovario es la vitrificación (congelación) de los óvulos y utilizarlos cuando sea oportuno.
Esta situación es el resultado del cambio del papel de la mujer en la sociedad occidental. La disponibilidad de métodos anticonceptivos desde la década de los años 60, junto con el auge económico, mejoró el nivel educativo y la participación de la mujer en las fuerzas de trabajo, produciéndose un fenómeno sociológico y demográfico basado en la separación de la sexualidad de la reproducción.
Aunque esta situación es un hecho irreversible, la igualdad de derechos entre la mujer y el hombre sigue constituyendo un punto a fomentar desde las instituciones. En mi opinión, lo que debe cambiar son las políticas de protección de la maternidad. Un ejemplo a imitar es la legislación de protección de la maternidad promulgada en Suecia que vela por dos intereses aparentemente antagónicos, la igualdad de oportunidades y la protección de la maternidad. Esto ha sido posible porque las ayudas no se han dirigido exclusivamente a la mujer sino a la pareja. El permiso de maternidad es de 12 meses, nueve con remuneración íntegra, y tres con remuneración reducida, ampliable a seis meses más. Además, uno de los padres puede acogerse a jornada reducida hasta que el niño cumpla diez años.
En conclusión, si tenemos en cuenta que el 80% de las mujeres en edad reproductiva trabaja, debemos plantear seriamente la mejora de la política integral de apoyo a las familias, ya que es una realidad que la baja tasa del índice de natalidad trae como consecuencia una pérdida de prosperidad, de crecimiento económico y, sobre todo, de futuro para un país.
09.03.13 – 01:18 –
Publicado en La Verdad