Uno de los ejes del curso del IVI es el embarazo como fenómeno autoinmune.
Es uno de los grandes misterios del origen de la vida: cómo es posible que el cuerpo de una mujer se adapte perfectamente a aceptar que un ser nuevo, que es genética e inmunológicamente distinto, y le ayude a desarrollarse sin rechazarlo y luego da origen a un recién nacido vivo, sano. La asociación que existe entre los mecanismos de defensa que tiene la madre y cómo se adaptan esos mecanismos para que no rechace al feto y lo listo que es el feto a la hora de esquivar esos ataques inmunológicos que todas las especies tenemos para defendernos de cualquier sustancia que nos es ajena o extraña.
Presentan novedades como el test ERA, ¿para qué sirve?
El curso intenta compaginar la ginecología y obstetricia clásica generalista con nuestra área de mayor desarrollo de investigación y clínica, que es la reproducción. El test ERA permite estudiar el endometrio de la mujer. Hay que partir de una base, el embarazo se forma por la conexión que existe entre el embrión y el endometrio, las dos partes fundamentales de este juego. El embrión tiene que tener unas características, pero tiene que haber un endometrio capaz de recibirlo. Durante los últimos 70 años se han hecho estudios muy básicos del endometrio, a partir de estudios del IVI en los últimos cinco años se ha venido trabajando en una nueva herramienta que ya estamos aplicando clínicamente. Ese periodo de tiempo tan corto en el que el endometrio recibe al embrión, se llama ventana de implantación y son entre 48 y 72 horas, varía en las mujeres con un tratamiento o de un ciclo a otro. Con el test identificamos ese momento y hemos conseguido embarazos en mujeres que históricamente tenían fracasos reiterados de tratamientos de fecundación in vitro.
Publicado en Atlántico