Priorizar estudios, desarrollo laboral y los avances en los tratamientos de fertilidad dejaron de ser la base sólo de la postergación de la maternidad femenina. Hoy son los mismos argumentos con que los hombres también están retrasando ese proceso.
Según las Estadísticas Vitales del INE, del total de nacimientos en 2000, 5.530 fueron de padres entre los 45 y 49 años, número que creció a 7.146 en 2011 (29,2%). El alza no es sólo en este grupo. Según las mismas estadísticas, el crecimiento se aprecia en todos los tramos de mayores de 40 años. Así, por ejemplo, los de entre 40 y 44 años subieron 6% y los de 50, 8,4%.
Por su parte, los menores de 40 bajaron en todos los tramos (ver infografía). Hoy, uno de cada 10 nacimientos en Chile corresponde a un padre sobre los 40 años.
Francisco Aguayo, director de Masculinidades y Equidad de Género, explica que se trata de un fenómeno propio de países de ingresos medios y altos. En 1980, en EE.UU., sólo uno de cada 23 nacimientos era de padres de 50 años o más. En 2002, esa proporción creció a uno de cada 18.
Aguayo dice que al igual que las mujeres, ellos han retrasado la paternidad por estudios y desarrollo laboral. “El retraso en grupos de alto estudios como magíster o doctorados es un fenómeno fuerte”, explica.
Es el caso de Ronny Belmar (45 años, fotógrafo). “Yo fui el último de mis amigos en tener hijos”, reconoce. “El matrimonio no estaba en mis planes. Además, no tenía el apuro de la mujer, que tiene el tiempo en contra para ser mamá. Y yo a los 20 años no tenía el dinero que me habría permitido enfrentar la paternidad con tranquilidad”, dice. Para él, su mayor preocupación fue el desarrollo laboral. Su situación cambió cuando conoció a su pareja y tuvo a su hijo a los 43 años.
Segundos matrimonios
Otra de las razones para tener hijos a mayor edad son los segundos matrimonios.
Amiran Magendzo, experto en infertilidad de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Las Condes, dice que muchos de los nacimientos tras los 40 corresponden a segundos matrimonios. “Incluso, hombres que se han realizado vasectomía se la revierten para tener hijos”, confiesa.
Los hombres separados se casan más rápido y con más frecuencia que las mujeres.
Según el Registro Civil, de los 4.248 matrimonios de 2012, el 69% de los hombres era divorciado. Y la edad promedio en que ellos se vuelven a casar hoy es a los 49 años, dos años más que el promedio de 2005.
Víctor Tapia (54, informático) tuvo tres hijas en su primer matrimonio. Tras su separación, se volvió a casar. Hoy tiene un hijo de un año cuatro meses, Lautaro. Cuando él nació, Víctor tenía 52 años y su hija menor, 25. “Fue distinto, porque yo nunca asistí al parto de mis hijas, en este caso sí, y fue una gran diferencia. Estás mucho más presente. Hace 26 años los hombres no participaban tanto. Hoy le doy almuerzo, le preparo el jugo y hasta lo mudo”, cuenta.
Ronny Belmar junto a su hijo Santiago. Foto: Rolando Morales.
Ventajas y desventajas
La decisión de retrasar la paternidad, dicen los expertos, tiene ventajas. Luego de los 40 años, hay más probabilidad de ingresos altos, mejorando las condiciones de cuidado.
A su vez, es un hijo planificado y esperado, dice Aguayo, que encuentra a su padre con mucha más experiencia vital y 15 años de trayectoria laboral, lo que favorece una paternidad consciente.
Belmar asiente. “Mi padre me tuvo a los 50 años. Era mi mejor amigo, yo salía de clases y me iba a su trabajo. Y eso mejoró mi razonamiento. Yo sostengo que es bueno tener un hijo cuando uno es maduro”, dice.
El doctor Alejandro Koppmann, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Clínica Alemana, indica que uno de los desafíos que enfrenta un padre a mayor edad es estar presente en la vida de sus hijos hasta que ellos sean independientes. “Quizás una de las cosas más difíciles es estar disponible hasta que el hijo sea independiente (en torno a los 24 años), lo cual puede transformarse en una carga para el padre, por las características propias del ciclo vital y la natural declinación que se produce por la edad, como problemas de salud y vigencia laboral, entre otros”, indica.
A diferencia de las mujeres, los hombres tienen una capacidad reproductiva más extensa. Patricio González, jefe de la Unidad de Medicina Reproductiva de Clínica Alemana, dice que los hombres experimentan una leve caída en la fecundidad sobre los 45 a 50 años. En las mujeres, en cambio, decae a partir de los 35. Para ellas es más complejo embarazarse a más edad. Además, dice, “los tratamientos de infertilidad masculina son más eficientes”.
Publicado en La tercera