Añadió que «también hay variables vinculadas al estilo de vida moderno como el sedentarismo, la disminución en la práctica de actividades recreativas o deportes al aire libre y el incremento de la expectativa de vida».
Firpo subrayó que «ese déficit vitamínico se asocia a la hipertensión arterial, aterosclerosis y a un mayor riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares».
Indicó que «existen trabajos médicos que refieren una mayor incidencia de cáncer de colon, próstata y mama principalmente y de diabetes en pacientes con bajas concentraciones de vitamina D».
El informe médico preliminar al congreso de Endocrinología Ginecológica y Reproductiva insistió, ante esos antecedentes, en la importancia de mantener buenos niveles de vitamina D como un aliado para beneficiar el desarrollo normal de un embarazo.
En otro orden, el especialista en gerontología, Moisés Schapira, opinó que «dada la gran cantidad de estudios científicos que están revelando propiedades hasta ahora desconocidas de la vitamina D, es de suponer que este nutriente pasará a ocupar un rol cada vez más importante en el cuidado de la salud de los mayores».
Schapira, director del Centro Hirsch para adultos mayores y rehabilitación, indicó que «el más conocido y comprobado de los roles de este micronutriente esencial es el de fijar el calcio en la constitución de los huesos, por lo que la suplementación con calcio y vitamina D en los adultos mayores es usual».
Pero destacó que «algo más reciente y muy beneficioso es la línea de investigación que vincula a la vitamina D con la salud cardiovascular, el ayudar a preservar la memoria y proteger al sistema nervioso de la acumulación de amiloides, proteínas que causan la enfermedad de Alzheimer».
Los especialistas aclaran que si bien la forma más eficaz en que el organismo adquiere naturalmente la vitamina D es tomar sol, es importante hacerlo en forma moderada para evitar los daños que puede causar a la piel la exposición sin control a la radiación ultravioleta.