9 históricas pruebas de embarazo

Históricas pruebas de embarazo
Históricas pruebas de embarazo

Afortunadamente estos métodos ya no existen  pero, ¿Conoces cómo se sabía si una mujer estaba esperando un bebé, antes de las pruebas caseras?

Las pruebas de embarazo caseras son varitas mágicas comparadas a los antiguos test, que iban desde orinar en el trigo hasta introducirse una cebolla.
Afortunadamente estos métodos ya no existen, por eso te presentamos las 9 históricas y más extrañas formas de saber si una mujer estaba embarazada que tomamos de Mental Floss.

  •  La prueba del trigo y la cebada

Una de las primeras pruebas caseras de embarazo se originaron en el antiguo Egipto. En 1350 a.C., las mujeres orinaban sobre semillas de trigo y cebada durante varios días. Si el trigo germinaba la mujer tendría una niña, si la cebada germinaba, sería niño.
En 1963, un laboratorio midió la eficacia de la prueba del trigo y la cebada, y descubrió que el 70% de la orina de las mujeres embarazadas germina.

  • La prueba de la cebolla

Mientras que los antiguos egipcios hacían las pruebas del trigo y la cebada, en la antigua Grecia se hacían test de embarazo con cebollas. Hipócrates, alabado como el padre de la medicina, sugirió introducir una cebolla u otro vegetal de olor fuerte en la vagina de la mujer sospechosa de embarazo. Si su aliento olía a cebolla a la mañana siguiente, ella no estaba embarazada, basado en la idea de que el vientre se cierra si se está «en cinta».

  • La cerveza y las veces que vomitaba

Otro antiguo papiro egipcio habla del contabilizar las veces que vomitaba una mujer ante una mezcla de cerveza y dátiles. Si durante cierto tiempo volvía el estómago esto indicaba que estaba embarazada.

  • La prueba del cerrojo

Otra prueba de embarazo es la de colocar un cerrojo dentro de la orina de la mujer. Sí, a la mujer sospechosa de embarazo se le pedía orinar sobre un recipiente, después se le colocaba un cerrojo de metal. Tras cuatro horas se tiraba la orina, y si el cerrojo dejaba una marca en el recipiente significaba que la mujer estaba preñada.

  • Profetas de la orina

Un grupo de hombres europeos del siglo XVI decían poder identificar si una mujer estaba en cinta o no, según el color de la orina. Algunos también mezclaban la orina con vino o alcohol para observar los resultados. Esto es posible porque el alcohol reacciona a algunas proteínas de la pipí de las mujeres embarazadas.

  • ¿El embarazo se ve en los ojos?

Jacques Guillemeau, un médico del siglo XVI afirmaba que veía en los ojos de una mujer si estaba embarazada. Guillemeau, autor de un influyente tratado sobre oftalmología, afirmó que en el segundo mes, «una mujer embarazada tiene pupilas pequeñas, párpados caídos y venas pequeñas en la esquina del ojo.

  •  Señal en la vagina

Aproximadamente entre las seis y ocho semanas de embarazo, el cuello uterino, los labios y la vagina pueden cambiar por un tono azulado oscuro o amoratado debido al flujo sanguíneo en la zona. 
Este signo fue notado por primera vez por el médico francés Lee Chadwick en 1836, quien anunció su descubrimiento ante la Sociedad Americana Ginecológica en 1886.

  • La prueba de conejo

Aparte de las pruebas observacionales, el saber si una mujer estaba embarazada era muy desagradable en el siglo XX.  La investigación de las hormonas, ayudó a crear las primeras pruebas de embarazo probadas en conejos, ratones y ratas. En la década de 1920, dos científicos alemanes Selmar Aschheim y Bernhard Zondek, desarrollaron el método siguiente.3 Se inyectaban pequeñas cantidades de orina en ratas hembras impúberes, dos veces por día durante tres días sucesivos. Al cabo de unas 100 horas se sacrificaba a las ratas y se inspeccionaban sus ovarios. Si éstos se hallaban engrosados, había un 80 por ciento de probabilidad de que la mujer estuviera embarazada.

En 1930 Collip y colaboradores descubrieron que la orina de las mujeres embarazadas contiene la hormona gonadotropina coriónica humana, actualmente denominada HCG.

  • 9.- La prueba de la rana

El test o prueba de la rana era una prueba de embarazo que se usó intensivamente hasta los años 60 del siglo XX, cuando se desarrollaron los métodos inmunológicos. Consiste en inyectar a una rana o sapo hembra, bajo la piel, la orina de la paciente. La orina de una mujer embarazada contiene la hormona GCH que estimula la ovulación del animal. Si la rana desovaba en 24 horas, el test se consideraba positivo. Afortunadamente estas pruebas se dejaron de utilizar tras la creación del test sanguíneo.

Fuente: www.elimparcial.com

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